Niveles de azúcar en la sangre: ¿Cuál es la cantidad adecuada?

Consumo de azúcar/El Nacional
photo_camera Consumo de azúcar/El Nacional

Todos los días, ingerimos azúcar en cada una de nuestras comidas.

No importa qué estilo de vida lleve ni si evita los dulces, postres, gaseosas o bebidas saborizadas, la mayoría de los alimentos que consume se transforman en azúcar, conocida también como glucosa, la cual se libera en el torrente sanguíneo y se utiliza como la principal fuente de energía para el cuerpo. Lo que implica que el azúcar es indispensable para el funcionamiento adecuado de todos los sistemas. No obstante, es importante tener en cuenta ciertos límites para prevenir enfermedades como la diabetes.

De acuerdo con lo antes planteado, los niveles de azúcar en la sangre fluctúan a lo largo del día y están directamente vinculados al consumo de alimentos y al proceso de digestión.

Se ha verificado que la glucemia, conocida como nivel de azúcar en la sangre, varía entre concentraciones de 70 y 145 miligramos por decilitro de sangre. Por la mañana, en ayunas, son más bajos y aumentan después de cada comida, volviendo a disminuir aproximadamente dos horas más tarde, según lo explicado en un blog de EPS Sanitas. Lo que quiere decir que, durante el transcurso del día, los niveles de azúcar en la sangre experimentan cambios y están estrechamente relacionados con la ingesta de alimentos y el proceso de digestión.

Es importante señalar que para delimitar si los niveles de azúcar en su sangre sobrepasan las cifras establecidas, debe hacerse un control médico y solicitar una prueba sanguínea. Solo un profesional de la salud está capacitado para darle un diagnóstico correcto en su caso puntual. Por lo que, debe tener en cuenta que la OMS recomienda una ingesta reducida durante toda la vida de una persona y el consumo de menos del 10 por ciento de las calorías que se consumen en el transcurso del día.

De esta forma, podrá evitar la diabetes, un padecimiento que desencadena graves problemas de salud, como enfermedades cardíacas, accidentes cerebrovasculares, enfermedades del riñón, daño en los nervios, mala salud bucal y pérdida de la visión. Con información de El Nacional de Venezuela.

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