Deudas impagables y comienzos devastados
Una de las historias más representativas es la de Yosbelin Pérez, quien vendió todos sus bienes para emprender el viaje a EE.UU., pero solo logró llegar a México antes de regresar a Venezuela con más de 5 000 USD en deuda. Hoy, vive en Maracaibo sin posesiones propias, obligada a endeudarse para subsistir.
Condiciones económicas extremas al retorno
Los retornados enfrentan una economía castigada: inflación de tres dígitos, salarios prácticamente sin valor, escasez de alimentos y altos precios en dólares dificultan cualquier intento de reintegrarse. Muchos se ven obligados a buscar pequeños negocios informales o prestar servicios como entrega de comida o comidas, apenas para subsistir.
Endeudamiento informal, corrupción y extorsión
Algunos migrantes recurren a prestamistas informales con tasas de interés elevadas —entre el 40 % mensual en el caso de Pérez— mientras persisten prácticas de extorsión policial. En el caso de Pérez, incluso tras regresar, fue víctima de exigencias de sobornos por parte de funcionarios y guardias que buscan aprovechar su situación vulnerable.
Inseguridad laboral y alternativa de supervivencia
A pesar de las adversidades, muchos retornados luchan por salir adelante. Unos retoman actividades anteriores —como la fabricación de budares— a través del uso de herramientas prestadas, mientras que otros intentan establecer pequeños negocios o actividades informales para sobrevivir en un entorno donde reemigrar se vuelve una tentación latente debido a la desesperación económica.