El volumen de petróleo crudo en tránsito marítimo alcanzó un nivel sin precedentes de 1.24 mil millones de barriles, el más alto desde la disrupción del mercado por la pandemia de 2020, reflejando un aumento en la producción y una desaceleración de la demanda que ha provocado una caída del 18% en los precios del crudo este año.
En 2025, los océanos albergan un récord histórico de petróleo crudo en tránsito, con más de 1,240 millones de barriles a bordo de petroleros, según los datos del sector marítimo y energético. Esta cifra representa el volumen más alto desde que la pandemia de COVID-19 alterara los mercados globales en 2020, y se atribuye a un desequilibrio creciente entre la oferta mundial y una demanda menos dinámica.
El aumento de la producción global, impulsado principalmente por países fuera de la OPEP, incluyendo a Estados Unidos, ha generado un exceso de oferta que no ha sido absorbido completamente por la demanda, la cual muestra signos de enfriamiento debido a factores como ralentización económica, ajustes monetarios globales y cambios en patrones de consumo energético. En consecuencia, los precios del petróleo han caído un 18% en el transcurso de 2025, con cotizaciones alrededor de los 60 dólares por barril, lejos de los máximos recientes registrados.
El récord en petróleo almacenado en buques petroleros añade presión sobre los costos logísticos y acelera la inestabilidad en la cadena de suministro, ya que el transporte se ralentiza y acumula inventarios flotantes. Este fenómeno también afecta la dinámica del mercado físico, donde el incremento en la capacidad y entrega de nuevos petroleros – con un alza significativa en los contratos de construcción durante los últimos dos años — contribuye a esta congestión marítima.
La Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) mantiene un pronóstico conservador y optimista respecto a la demanda, esperando un crecimiento moderado en 2025 y 2026, pero cuyos ajustes de producción parecen no ser suficientes para equilibrar el mercado ante el avance de la oferta no OPEP. Los analistas señalan que este desbalance podría prolongarse, generando volatilidad en los precios y afectando la rentabilidad de los productores y las industrias relacionadas.
El panorama sigue marcado por incertidumbres económicas globales, donde las tensiones geopolíticas y las transiciones hacia energías limpias añaden complejidad a las previsiones del mercado petrolero, obligando a productores y consumidores a adaptarse a la nueva realidad de una oferta abundante y precios moderados hasta nuevo aviso.
Este contexto presenta desafíos importantes para la estabilidad y rentabilidad del mercado del petróleo a escala mundial, evidenciando la necesidad de ajustes coordinados entre productores y una gestión eficiente del transporte y almacenamiento marítimo para evitar que el exceso de oferta continúe presionando los precios a la baja.