Geología, riesgos sísmicos y tectónica de placas

Descubren un desgarro activo de 75 km en la zona de subducción del Pacífico Noroeste, replanteando el riesgo sísmico en Cascadia

Por primera vez, investigadores han logrado observar directamente una zona de subducción que se fractura activamente bajo el noroeste del Pacífico, revelando un desgarro de 75 kilómetros de longitud en la placa oceánica Juan de Fuca. Este descubrimiento podría transformar la comprensión científica de los riesgos sísmicos en la región de Cascadia, conocida por su potencial de megaterremotos y tsunamis.

El hallazgo se localiza frente a la isla de Vancouver, donde geólogos del Experimento de Imágenes Sísmicas de Cascadia, liderados por Brandon Shuck de la Universidad Estatal de Luisiana, emplearon una red avanzada de sensores submarinos y imágenes sísmicas de reflexión para capturar en tiempo real el proceso de desintegración de la zona de subducción. Utilizando técnicas similares a un “ultrasonido geológico”, los investigadores pudieron identificar fracturas profundas de hasta cinco kilómetros bajo el lecho marino, revelando cómo la placa Juan de Fuca se parte en segmentos menores en la zona de contacto con la placa Explorer y con la falla de transformación.​

Los datos obtenidos demuestran que la ruptura ocurre de manera progresiva y no como un evento catastrófico único, generando microplacas y nuevas fronteras tectónicas sobre el fondo oceánico. Algunas de las zonas fracturadas han dejado de registrar actividad sísmica, lo que indica zonas inactivas donde los bloques ya no producen terremotos significativos. Esta observación reescribe el paradigma tradicional sobre cómo mueren las zonas de subducción, un proceso decisivo en la evolución de la corteza terrestre y la formación de continentes y antiguos brotes volcánicos.​

Los estudios publicados en Science Advances aportan nuevos elementos para ajustar los mapas de riesgo y los pronósticos sísmicos en el noroeste del Pacífico. Aunque el fenómeno no reduce de forma inmediata el peligro sísmico en Cascadia, considerada una de las regiones con mayor potencial para generar megaterremotos y tsunamis, sí permite comprender cómo la redistribución de energía tectónica a lo largo de las nuevas fracturas podría modificar la concentración o dispersión de futuros grandes sismos.​

Este tipo de hallazgos marca un avance técnico excepcional en la geología moderna, ofreciendo por primera vez la posibilidad de realizar una “autopsia geológica” en tiempo real. Los expertos sugieren que comprender la vida y muerte de estos sistemas permite anticipar el comportamiento de otras zonas de subducción y ayuda a preparar a las poblaciones costeras para los riesgos asociados. Además, la formación de ventanas de placas por las fracturas podría derivar en nuevos episodios volcánicos y alterar significativamente el relieve submarino y el registro del pasado planetario.

Más en CURIOSIDADES
Comentarios