Durante un acto público en la localidad de Catacamas, Castro afirmó que el pueblo hondureño acudió a las urnas “con valentía y determinación”, pero sostuvo que el proceso estuvo marcado por “amenazas, coacción, manipulación del TREP y adulteración de la voluntad popular”, en referencia al sistema de transmisión de resultados preliminares. La mandataria señaló que, a su juicio, las irregularidades observadas en el conteo permiten concluir que los resultados “están viciados de nulidad” desde la propia campaña electoral.
El escrutinio de los comicios presidenciales continúa varios días después de la votación, con dos candidatos de derecha, Nasry “Tito” Asfura y Salvador Nasralla, disputando voto a voto el primer lugar, mientras la aspirante del partido Libre, Rixi Moncada, quedó relegada. La persistencia de fallos informáticos, inconsistencias en actas y retrasos en la contabilización han alimentado la desconfianza de distintos actores políticos y han llevado a la presidenta a advertir sobre la configuración de un posible “golpe electoral”.
Castro condenó explícitamente la “injerencia del presidente de Estados Unidos”, al asegurar que Trump advirtió al electorado sobre “consecuencias” si apoyaba a Moncada, a la que calificó de candidata “valiente y patriota” del partido Libre. En los días previos a la elección, Trump expresó públicamente su respaldo al conservador Nasry Asfura, al que describió como un “amigo de la libertad”, y criticó duramente tanto a Moncada como a Nasralla, lo que diversos analistas consideran una intervención inusual en la política interna hondureña.
Organismos de observación electoral y organizaciones de la sociedad civil han expresado preocupación por las denuncias de presiones externas y por el impacto que la polarización y las acusaciones de fraude pueden tener en la estabilidad democrática del país. La combinación de un conteo prolongado, acusaciones cruzadas de manipulación y el peso histórico de la relación con Washington alimentan el temor a nuevas protestas y episodios de violencia en un contexto ya tensionado por la crisis económica y la inseguridad.