El Intrincado Baile del Amor y el Deseo: ¿Se Encuentran en el Cerebro?

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Hoy traemos un artículo que te dejará pensando sobre el amor y el deseo sexual, según la ciencia.

La ciencia ha demostrado, que los sentimientos no se forman en el corazón como habitualmente están acostumbrados a decir, ya que realizaron hace tiempo una investigación moderna donde los científicos de la Universidad de Concordia, en Canadá, aseguraron que se encuentran en el cerebro donde reside el deseo sexual.

En este sentido, la revista Journal of Sexual Medicine, ha publicado un estudio que ha intentado dibujar un mapa del cerebro que muestre la relación entre el amor y el deseo sexual. Para ello, han analizado la actividad cerebral de distintos sujetos, mientras observaban imágenes eróticas o fotografías de sus seres queridos.

Resultados

Los resultados han demostrado que tanto el amor como el deseo sexual, se activan en áreas del núcleo estriado y de la ínsula, aunque con ligeras diferencias en las neuronas que se estimulan.

¿Qué es núcleo estriado y la ínsula?

Esta zona del cuerpo estriado, es una región del cerebro que se encuentra en la parte anterior del tronco encefálico y está formada por tres estructuras: el núcleo caudado, el núcleo lenticular y el putamen. Esta región del cerebro, está involucrada en la regulación de movimientos voluntarios, en la memoria y en el procesamiento de recompensas.

También se ha relacionado con la adicción a sustancias y con el aprendizaje de hábitos, en el estudio del que hablamos, se menciona que el núcleo estriado también se activa tanto en el deseo sexual como en el amor.

Ahora la ínsula, es una región del cerebro que se encuentra en el interior del lóbulo temporal y que se relaciona con la conciencia y la percepción de sensaciones internas, como el dolor, la sed, el hambre, la temperatura y el placer.

Está relacionado con la emoción, la motivación y el pensamiento emocional.

Rutas cerebrales

El amor activa también rutas en el cerebro relacionadas con la monogamia, esto quiere decir que el deseo tiene un objetivo específico, en cambio el amor es más amplio porque no tiene que ver con lo físico, es un sentimiento más allá.

Al respecto, el profesor de psicología en la Universidad de Concordia, miembro del Centro de Estudios de Neurobiología del Comportamiento y coautor del estudio Pfaus, dijo, aunque es un hábito que alimenta a diario, que "no es malo" aunque nos vuelve “cerebralmente adictos”.

Han conocido historias de alguna persona que dice "no puedo vivir" sin (él o ella), y llegan a ese punto de volverse adicta, parecida a una adicción de drogas. A eso se refiere, parte del estudio.

De hecho, Pfaus explica que hay razones de peso para esto: “el amor es en realidad un hábito que se forma a partir del deseo sexual a medida que el deseo es recompensado. Funciona de la misma manera en el cerebro que cuando las personas se vuelven adictas”.

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