¿Cómo son y cómo interactuar con niños de alta demanda?

Niños de alta demanda
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Muchos padres se han sentido frustrados al no poder lidiar con el llanto y comportamiento de sus niños. El tener que cargar y atender constantemente al niño para que este no arme ningún berrinche, batallar a diario para crearle un hábito alimenticio, las horas de angustia al tratar de que estos consigan conciliar el sueño, hacen más difícil a los padres la gran tarea de criar a sus hijos de una manera adecuada.

Generalmente, los niños requieren de mucha atención, sin embargo existen infantes que demandan más atención de lo habitual, llegando a ser muy agotador para algunos padres. Estos suelen ser niños de alta demanda. Es un término muy poco conocido que hace referencia a niños con carácter fuerte; ya que suelen ser movidos, intensos y muy sensibles, además sienten necesidad de mucho apego, aparte de contacto físico. Fue acuñado por el pediatra William Sears que pasó por una situación de desesperanza tras el nacimiento de su cuarta hija, quien presentaba un temperamento complicado y resistente a todo lo que había resultado en la crianza de sus otros hijos.

Se ha conocido que los niños de alta demanda, cuentan con atributos que pueden ser confundidos con algunas patologías y problemas de conducta; sin embargo, según los especialistas en el área no es una condición médica, por lo que es necesario reconocer estos rasgos. Entre las cuales nombraremos las siguientes:

· Son pequeños con una gran urgencia de atención extra, como estar constantemente en brazos para dejar de llorar.

· Dependen del adulto en todo momento, por lo que no pueden estar solos ni estar sin el contacto físico.

· No para de llorar en todo el día.

· Sus rutinas alimenticias suelen ser irregulares.

· Presentan problemas para dormir.

· Son hipersensibles. Perciben las emociones con mucha intensidad y les cuesta gestionarlas

Es importante aprender a interactuar con los niños de alta demanda, en lugar de caer en la ansiedad y frustración de estos. No te dejes derrumbar, por la angustia de no saber qué hacer o cómo actuar ante tal situación. Trata de controlar tus emociones, para que luego puedas trabajar en las de tu hijo.

· No te culpes. Mantén la calma y la confianza. El exceso de preocupación no va a resolver la situación del niño.

· Confía en tu instinto. En circunstancias la solución la encontrarás a base de ensayo y error.

· Intenta descifrar los llantos de tu pequeño. Recuerda que el llanto causado por miedo o dolor, no es el mismo que el ocasionado por cansancio o sueño. Esto te ayudará a desechar tu propia frustración.

· Cámbiale el pañal antes de dormir. Sentirse seco y fresco le será muy reconfortante y le ayudará a conciliar el sueño.

· Sé resiliente. No permitas que las críticas te lleven a perder la confianza.

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