Las políticas energéticas del presidente Donald Trump, que incluyen aranceles sobre el acero y otros materiales importados, están ejerciendo una presión significativa sobre la industria petrolera de Estados Unidos. A pesar del apoyo vocal a los combustibles fósiles y su agenda de "dominancia energética", los ejecutivos del sector enfrentan costos crecientes, precios del crudo en caída e incertidumbre económica que amenazan con socavar el mismo crecimiento de la producción que la administración ha prometido entregar.
Según un informe de Politico, los ejecutivos petroleros que fueron grandes partidarios de la campaña de Trump ahora enfrentan costos crecientes, precios del crudo en caída e incertidumbre económica que amenazan con socavar el mismo crecimiento de la producción que la administración ha prometido entregar.
A pesar de la presión, los ejecutivos del sector han mostrado un apoyo vocal a las políticas energéticas de Trump, confiando en que las medidas tomadas por la administración conducirán a una mayor producción y seguridad energética.