Los principales responsables de defensa y seguridad del Reino Unido advirtieron este lunes que el país debe prepararse para un escenario de confrontación directa con Rusia si la agresión militar del Kremlin continúa expandiéndose más allá de Ucrania. Las declaraciones se produjeron en un momento en que representantes europeos y aliados mantienen conversaciones en Berlín destinadas a impulsar vías diplomáticas para una solución pacífica al conflicto.
El jefe del Estado Mayor de la Defensa británica, almirante Tony Radakin, y el director del MI6, Richard Moore, destacaron que Moscú mantiene una postura cada vez más beligerante hacia Occidente, incrementando el riesgo de ciberataques, operaciones de desinformación y posibles provocaciones en espacios aéreos o marítimos europeos. Ambos coincidieron en que el Reino Unido debe “elevar su nivel de preparación estratégica y social” frente a los nuevos desafíos de seguridad.
Según fuentes del Ministerio de Defensa, Londres está revisando sus programas de entrenamiento, reservas y modernización tecnológica de las fuerzas armadas, al tiempo que evalúa medidas para fortalecer la resiliencia civil ante posibles crisis. Estas iniciativas se enmarcan dentro de la política de “Defensa Integrada” adoptada por el gobierno británico tras la invasión rusa de Ucrania en 2022.
En paralelo, diplomáticos británicos participaron en una nueva ronda de negociaciones en Berlín con representantes de Alemania, Francia y Estados Unidos, en busca de un marco de diálogo que permita reactivar las conversaciones de paz entre Kiev y Moscú. Sin embargo, la creciente tensión en Europa Central y las declaraciones de Moscú sobre su expansión militar en el Ártico y el Mar Báltico han generado un clima de incertidumbre.
Expertos en relaciones internacionales señalan que las advertencias de Londres buscan movilizar a la sociedad británica ante una amenaza prolongada, más allá del ámbito militar. Varios analistas subrayan la necesidad de reforzar la cooperación entre inteligencia, defensa y sectores críticos del país —como energía, transporte y comunicaciones— para prevenir vulnerabilidades.
El Reino Unido ha mantenido una postura firme de apoyo a Ucrania, proporcionando asistencia militar, entrenamiento y recursos energéticos. Sin embargo, la preocupación creciente de que Moscú pueda ampliar el conflicto hacia países de la OTAN ha llevado a Downing Street a plantear un mensaje de preparación general.
El nuevo tono de alerta refleja una estrategia de disuasión y resiliencia nacional, destinada a proteger los intereses británicos y asegurar la estabilidad europea ante una Rusia que, según los servicios de inteligencia, podría intentar desafiar nuevamente las fronteras y el orden internacional establecido.