Las declaraciones de Trump se produjeron el lunes, tras conocerse la decisión de la Unión Europea de sancionar a X con una multa de 120 millones de euros, equivalente a unos 140 millones de dólares, por presuntas infracciones de la normativa comunitaria aplicable a las grandes plataformas digitales. Según las autoridades europeas, la decisión se enmarca en el creciente esfuerzo regulatorio del bloque para supervisar el contenido en línea, la transparencia algorítmica y el cumplimiento de estándares de seguridad y protección de datos por parte de los llamados “guardianes de acceso” tecnológicos.
Trump criticó con dureza la medida al considerarla un ejemplo de “exceso regulatorio” europeo hacia una empresa estadounidense de redes sociales, e insinuó que este tipo de sanciones podría afectar negativamente la innovación y la libertad de expresión en el entorno digital. El mandatario sostuvo que el castigo económico contra X se suma a otras decisiones recientes de Bruselas que, en su opinión, reflejan un rumbo político y económico “preocupante” para las relaciones transatlánticas y el clima de negocios de las grandes compañías tecnológicas.
X, la plataforma anteriormente conocida como Twitter y adquirida por Elon Musk, se ha situado en el centro de numerosos debates regulatorios, tanto en Estados Unidos como en Europa, por su enfoque sobre la moderación de contenidos, la desinformación y la gestión de discursos sensibles. La multa impuesta por la UE se interpretó en ámbitos políticos y empresariales como una señal de que el bloque está dispuesto a aplicar de manera estricta sus nuevas normas digitales, especialmente aquellas vinculadas a la responsabilidad de las plataformas frente al contenido que distribuyen.
El comentario de Trump añade una dimensión política adicional al caso, dado que el presidente ha mantenido una postura crítica frente a lo que considera censura o restricciones desproporcionadas en las redes sociales, al tiempo que ha defendido la reducción de cargas regulatorias sobre las empresas tecnológicas estadounidenses. Sus declaraciones también se producen en un contexto de debate más amplio sobre el equilibrio entre la protección de los ciudadanos europeos, la competencia justa en el mercado digital y el papel de las grandes plataformas en la difusión de información y opinión pública.
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