El documento, titulado “Unmanned Systems: Threats and Opportunities for European Security”, detalla el crecimiento acelerado del uso de drones, vehículos terrestres y marítimos no tripulados en contextos civiles, policiales y delictivos. Europol advierte que esta tendencia está generando un “nuevo terreno operativo” donde las fuerzas del orden y los delincuentes compiten por la ventaja tecnológica.
El informe precisa que, durante los últimos tres años, las fuerzas policiales europeas han incrementado en más del 40 % el uso de drones para labores de vigilancia, búsqueda y rescate, control fronterizo y gestión de multitudes. Sin embargo, el mismo desarrollo tecnológico ha sido aprovechado por redes criminales para fines ilícitos, como el transporte de drogas, armas o teléfonos a centros penitenciarios, así como el espionaje de instalaciones críticas.
Europol destaca que los grupos terroristas también experimentan con sistemas autónomos y semiautónomos capaces de portar cargas explosivas o realizar misiones de reconocimiento sin intervención humana directa. Este riesgo, según el informe, obliga a reforzar los sistemas de detección, interferencia de señales y análisis de tráfico aéreo de baja altitud en zonas urbanas.
La agencia de cooperación policial europea insta a los Estados miembros a establecer marcos regulatorios unificados para el uso de drones, promover estándares técnicos de ciberseguridad y coordinar la capacitación de unidades especializadas. Además, propone la creación de un observatorio conjunto de tecnologías no tripuladas para anticipar su impacto en la seguridad pública.
El informe subraya que la cooperación entre sector público y privado será esencial para equilibrar la innovación con la seguridad. La expansión de drones comerciales y plataformas de automatización, indica Europol, ofrece oportunidades en tareas de emergencia y mantenimiento, pero también amplía las superficies de ataque para actores hostiles.