La Comisión Federal Marítima de Estados Unidos (FMC, por sus siglas en inglés) anunció este viernes una propuesta para prohibir temporalmente el acceso de barcos con pabellón español a puertos estadounidenses. La decisión llega tras el incidente ocurrido en el puerto de Algeciras, en Cádiz, donde las autoridades españolas impidieron el atraque de buques de carga estadounidenses que transportaban material militar con destino a Israel.
Según el comunicado oficial, la FMC abrió una investigación formal para determinar si la negativa de España constituye una “restricción injustificada al comercio marítimo internacional” o una violación de los acuerdos bilaterales de libre acceso entre ambos países. Si se confirma, Washington podría aplicar medidas de reciprocidad bajo la Ley de Navegación y Comercio Marítimo.
Fuentes diplomáticas estadounidenses citadas por medios locales calificaron la medida española como “una interferencia política que afecta intereses de seguridad nacional”, mientras que el Gobierno español ha defendido su decisión alegando que no autoriza tránsitos de material bélico destinado a zonas de conflicto activo, en consonancia con su política exterior y las resoluciones de la Unión Europea sobre el conflicto en Gaza.
El Ministerio de Asuntos Exteriores español reiteró que las restricciones no se dirigen específicamente contra Estados Unidos, sino que forman parte de una política general de denegación de permisos a cargueros que transporten armamento hacia Israel. Sin embargo, en Washington, la interpretación es distinta: según senadores y representantes del Comité de Comercio, la medida española “rompe la confianza entre aliados y compromete el apoyo logístico a un socio estratégico como Israel”.
El incidente amenaza con provocar consecuencias económicas para los operadores marítimos españoles, particularmente las empresas que mantienen rutas comerciales regulares con la costa Este de Estados Unidos. El cierre de puertos supondría una interrupción en cadenas logísticas clave para el transporte de mercancías, hidrocarburos y bienes industriales.
Analistas internacionales consideran que este enfrentamiento expone una creciente divergencia entre las posturas diplomáticas de Washington y Madrid en relación con el conflicto en Oriente Próximo. Mientras el Gobierno de Joe Biden mantiene su apoyo militar a Israel, España ha adoptado una posición más crítica, instando a un alto el fuego inmediato y a la Protección de la población civil en Gaza.
Por el momento, la FMC prevé presentar sus conclusiones preliminares a comienzos de 2026. Si la tensión no se resuelve por vía diplomática, expertos señalan que el litigio podría trasladarse a la Organización Mundial del Comercio (OMC) o al Consejo del Atlántico Norte, aumentando la fricción dentro de la propia OTAN.