En septiembre de 2025, el Instituto Nacional de Estadística (INE) adelantó que el Índice de Precios de Consumo (IPC) se situó en un 2,9 % interanual, dos décimas más que en agosto, impulsado principalmente por una caída menos pronunciada en los precios de carburantes y electricidad respecto al mismo mes del año anterior.
Datos oficiales y comparativa mensual
Según el indicador adelantado del INE, la tasa anual del IPC en septiembre fue del 2,9 %, frente al 2,7 % de agosto.
Por su parte, la inflación subyacente —que excluye energía y alimentos no elaborados— descendió una décima hasta el 2,3 %.
En términos mensuales, el avance provisional indica una variación del –0,4 % respecto al mes anterior, lo que sugiere que los precios en general bajaron en septiembre frente a agosto, aunque la base de comparación interanual resultó más desfavorable.
Factores del repunte: carburantes, electricidad y efecto base
La subida del IPC se explica en gran medida por la menor caída de los precios de los carburantes y de la electricidad respecto al mismo mes de 2024. En el año anterior, esos componentes habían registrado descensos más acusados, lo que magnifica el efecto comparativo o “efecto base”.
El Ministerio de Economía ha señalado que ese efecto estadístico es uno de los principales responsables del repunte interanual en septiembre.
Consecuencias para el objetivo del BCE y el entorno económico
Con este aumento, España se aleja del objetivo de estabilidad de precios del 2 % fijado por el Banco Central Europeo (BCE). La tendencia alcista de la inflación plantea presión para las políticas monetarias y podría incidir en decisiones de tipos de interés.
La evolución futura de la inflación dependerá del comportamiento energético, los suministros globales y posibles sorpresas en otros componentes volátiles como alimentos o servicios.
Perspectivas y riesgos para los próximos meses
Si la tendencia de precios energéticos se modera o los carburantes vuelven a bajar, podría producirse una desaceleración de la tasa inflacionaria. Sin embargo, un repunte de costes globales de materias primas o tensiones logísticas podrían alimentar una inflación persistente.
El dato definitivo del IPC será publicado el 15 de octubre, y servirá para confirmar o ajustar esta estimación adelantada.