Un fenómeno que crece desde 2024
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Censo de ONG Mesa por la Hospitalidad: 300-400 pernoctantes fijos; picos de 500 en abril-mayo.
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Sindicato de seguridad ASAE: la cifra se duplicó en un año y ya causa tensiones con pasajeros y empleados.
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Perfil: 68 % migrantes recientes, 24 % trabajadores precarios que no pueden pagar alquiler, 8 % españoles sin techo de larga duración, según el estudio social presentado al Ayuntamiento.
¿Por qué duermen en el aeropuerto?
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Falta de plazas: la red de emergencias de Madrid (1 830 camas) opera al 100 % de ocupación desde febrero.
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Crisis de vivienda: el alquiler medio en la capital subió un 14 % interanual, fuera del alcance de salarios precarios.
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Burocracia de asilo: solicitantes aguardan meses una cita mientras sobreviven en Barajas.
Amenaza de deportación o internamiento
El Juzgado de Instrucción 46 de Madrid autorizó en enero de 2024 el traslado de medio centenar de solicitantes de asilo de Barajas al CIE de Aluche; la Fiscalía recurrió y logró anular la medida, pero la opción sigue sobre la mesa si “se compromete la seguridad aeroportuaria”.
Cruce de acusaciones institucionales
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Ayuntamiento (PP): culpa al Gobierno central de “falta de coordinación” y niega competencia sobre asilo.
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Ministerio de Migraciones: recuerda que el consistorio firmó acuerdos para 368 plazas de acogida y tiene otras 1 200 de urgencia.
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AENA: retiró enchufes y bancos y exige un plan conjunto para evitar que la crisis afecte a la operativa del hub.
Testimonios desde la Terminal 4
“Prefiero el suelo de Barajas a la calle. Aquí al menos hay luz y baños”, cuenta Paulina, cuidadora peruana de 60 años despedida sin indemnización.
“Me sacarán de aquí, pero al calabozo”, teme Carlos, venezolano que espera respuesta a su asilo y ha dormido tres meses bajo una cinta de equipajes.
Organizaciones como Cáritas y CEAR urgen un plan estatal de vivienda “que evite convertir aeropuertos en albergues improvisados”.