Una de las ballenas originales de Bitcoin depositó activos cifrados por USD 627 millones en exchanges en apenas dos semanas, en medio de una recuperación gradual del mercado y tras exitosas negociaciones comerciales entre Estados Unidos y China. Los movimientos de los grandes poseedores contrastan con indicios de estabilización y posibles nuevas tendencias alcistas del principal activo digital.
Datos de análisis on-chain confirman que el titular de larga data transfirió más de 9.000 BTC a distintos intercambios centralizados entre el 10 y el 25 de octubre. Este movimiento coincide con una etapa de consolidación del precio de Bitcoin por encima de los 67.000 dólares, impulsada en parte por el optimismo de los mercados tras la reanudación del comercio bilateral entre Estados Unidos y China.
A pesar de las ventas, la presión bajista se mantiene moderada. Los flujos netos de salida desde las principales plataformas de trading indican que otros grandes tenedores continúan priorizando el almacenamiento en frío y las estrategias a largo plazo. Este patrón sugiere una confianza generalizada en la tendencia alcista de mediano plazo.
Factores macroeconómicos e impacto en el sentimiento
La estabilización económica global, respaldada por acuerdos comerciales entre Washington y Pekín, ha favorecido un entorno propicio para los activos de riesgo, incluidos Bitcoin y las principales altcoins. Expertos del sector señalan que la venta masiva reciente podría interpretarse como una rotación temporal de capital más que como un cambio estructural en la demanda institucional.
Por otro lado, indicadores técnicos en cadena muestran una disminución de la actividad especulativa y un incremento gradual en la tenencia promedio por billetera, lo que suele anticipar periodos de acumulación sostenida.
Perspectivas a corto y mediano plazo
Analistas coinciden en que, salvo un evento macroeconómico adverso o una corrección abrupta del índice del dólar, Bitcoin podría mantener su rango de cotización actual y consolidar soporte. En este escenario, los movimientos de las ballenas se consideran parte natural de la dinámica del mercado, sin afectar significativamente la narrativa de recuperación.
