Investigaciones recientes advierten que el teletrabajo sostenido, sin políticas claras de desconexión y límites definidos, aumenta el riesgo de ansiedad, depresión, estrés tecnológico e impactos psicosociales negativos, especialmente cuando se prolonga sin estrategias preventivas.
1. Revisión de efectos en salud mental
Una revisión narrativa de 31 estudios de todo el mundo, incluyendo Italia, EE.UU. y Uruguay, identifica alteraciones del sueño, ansiedad, angustia y depresión entre los principales impactos psicosociales de la modalidad remota. El análisis recalca también la importancia de garantizar el derecho a desconexión, la ergonomía adecuada y pausas activas para mitigar el deterioro psicológico.
2. Riesgos concretos asociados al teletrabajo prolongado
El trabajo en casa facilita el sedentarismo, aumenta el aislamiento social y difumina los límites entre lo laboral y lo personal . El desgaste cognitivo por la sobrecarga diaria y el estrés tecnológico, provocado por la hiperconectividad y las interrupciones constantes, agrava estos efectos .
3. Evidencias estadísticas
Uno de los estudios transversales en Italia (2021) encontró que el 30 % de empleados remotos presentó depresión patológica, el 20,8 % ansiedad y un 30,7 % niveles altos de estrés. En EE.UU., los teletrabajadores reportaron mayores problemas de sueño y menor bienestar general, vinculados a la pérdida de interacción social y a dificultades para desconectar.
4. Estrés tecnológico en modalidad híbrida
El trabajo híbrido también genera "estrés tecnológico": recados por correos, llamadas continuas y la presión de estar siempre conectados provocan fatiga digital, distracción constante y ansiedad, con hasta casi una hora extra de trabajo diario.
5. Factores psicosociales clave
Factores críticos como exceso de autonomía sin apoyo, ambigüedad en el rol, desvinculación relacional y falta de control agravada por el sedentarismo explican el aumento de vulnerabilidad mental entre teletrabajadores .
6. Recomendaciones preventivas
Expertos destacan medidas eficaces:
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Establecer tiempos definidos de inicio y fin de jornada.
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Impulsar pausas activas diarias y espacio ergonómico de trabajo.
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Promover socialización regular virtual y desconexión digital.
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Elaborar protocolos claros y responsabilidad compartida entre empresas y trabajadores