El presidente Donald Trump ha ordenado la reapertura y ampliación de la histórica prisión de Alcatraz, ubicada en la bahía de San Francisco. A través de un mensaje en su plataforma Truth Social, Trump expresó que la instalación será utilizada para encarcelar a los "delincuentes más despiadados y violentos de Estados Unidos", destacando su simbolismo como un "estandarte de ley, orden y justicia".
Alcatraz, conocida como "La Roca", operó como prisión federal de máxima seguridad desde 1934 hasta su cierre en 1963 debido a altos costos operativos. Durante su funcionamiento, albergó a criminales notorios como Al Capone y George "Machine Gun" Kelly. Actualmente, la isla es una atracción turística gestionada por el Servicio de Parques Nacionales.
Trump ha instruido a varias agencias federales, incluyendo la Oficina Federal de Prisiones, el Departamento de Justicia, el FBI y el Departamento de Seguridad Nacional, para que trabajen en la reconstrucción y expansión de la prisión. El presidente enfatizó que la reapertura de Alcatraz es una respuesta a la creciente preocupación por la delincuencia en el país y una medida para garantizar la seguridad de los ciudadanos.
La decisión ha generado reacciones mixtas. Críticos, como la ex presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, han calificado la medida como "poco seria", señalando que la isla es actualmente un parque nacional y una importante atracción turística . Por otro lado, defensores de la política de Trump argumentan que la medida es necesaria para enfrentar la delincuencia y reforzar el sistema de justicia penal.
La reapertura de Alcatraz representa una de las iniciativas más audaces de la administración Trump en su segundo mandato, reflejando su enfoque en políticas de mano dura contra la delincuencia y su compromiso con la restauración de lo que considera los valores fundamentales de la nación.