La llegada masiva de inmigrantes a la Península desde Canarias ha generado una crisis humanitaria compleja, y las autoridades españolas se enfrentan a un desafío sin precedentes.
El Gobierno ha otorgado visados temporales con una duración de seis meses a estos inmigrantes, mientras se evalúa su situación como posibles refugiados. Sin embargo, las dificultades para verificar argumentos e identidades debido al colapso en la llegada de cayucos plantean serias preocupaciones. Destacaron medios locales.
Según informaciones de fuentes policiales a Vozpópuli, en lo que va de año, más de 30.000 personas han solicitado asilo en España, y la gran mayoría de estas peticiones han sido denegadas. La situación en Canarias ha sobrepasado la capacidad de la Policía Nacional y la Guardia Civil para analizar y procesar a todos los inmigrantes que llegan, lo que ha llevado a retrasos en la evaluación de su condición de refugiados.
Los datos provisionales recopilados desde el 1 de enero hasta el 30 de septiembre de este año, confirman esta realidad preocupante. Se han emitido 30.800 resoluciones desfavorables para solicitudes de protección internacional, con la mayoría de los casos procedentes de Colombia, seguido de Marruecos, Perú, Honduras y Senegal, según informes de medios locales.
A pesar de estos desafíos, 38,854 personas han recibido respuestas favorables en base a razones humanitarias, en su mayoría relacionadas con la Guerra de Ucrania. Según datos de la Dirección General de Política Interior, se han presentado un total de 125,164 solicitudes de asilo, siendo Madrid el principal punto de recepción y con un gran número de solicitudes de personas de Venezuela, Colombia y Perú.
