1. Advertencia especializada
En el programa Serendipias de Cadena SER el lunes 21 de julio, Ricardo Moure expresó su preocupación: “la peste sigue existiendo, sobre todo en Madagascar. Puede haber hasta unos 400 casos al año”. Señaló que condiciones adversas similares a las del siglo XIV podrían volver a darse por el cambio climático.
2. Lecciones del pasado
Durante la Pequeña Edad de Hielo (siglos XIV–XV), inviernos más fríos, malas cosechas y hambrunas debilitaron a la población. A su vez, el frío desplazó a marmotas y jerbos portadores de Yersinia pestis, que entraron en contacto con roedores urbanos, desencadenando la Peste Negra.
3. Ecosistemas y desplazamiento de patógenos
El calentamiento global provoca migraciones de especies, como roedores y vectores, alterando ecosistemas. “En ese río revuelto, los bichitos nos pueden llegar”, advirtió Moure, enfatizando que virus y bacterias pueden moverse hacia zonas densamente pobladas .
4. Riesgos actuales ante antiguos patógenos
Aunque contamos con antibióticos y sistemas sanitarios avanzados, Moure señala que una enfermedad como la peste podría reemergir si se recrean las condiciones históricas de crisis, inmunodeficiencia y contacto animal-humano.
Implicaciones y análisis
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Cambio climático como catalizador sanitario: No solo aumenta la incidencia de enfermedades vectoriales y transmitidas por agua, sino que puede reactivar infecciones latentes como la peste,
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Importancia del monitoreo ecológico: Es crucial vigilar el desplazamiento de especies portadoras de enfermedades endémicas y reforzar medidas de prevención.
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Sanidad global en riesgo: La historia demuestra que los cambios ambientales extremos pueden erosionar las defensas humanas y abrir brechas para brotes epidemiológicos.