Detección en archivos y técnicas de IA
El equipo liderado por Sihao Cheng aplicó un algoritmo de reconocimiento de trayectorias para rastrear “píxeles móviles” en imágenes DECaLS y CFHT. Ese cruce de bases de datos permitió localizar el objeto pese a que solo es visible el 1 % de su órbita, lo que sugiere que podrían existir cientos de cuerpos similares aún indetectables.
Una órbita extrema que reescribe el mapa exterior
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Perihelio: 44-45 UA (zona del Cinturón de Kuiper).
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Afelio: 1 600 UA (interior de la Nube de Oort).
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Periodo orbital: 25 000 años.
Los investigadores plantean que 2017 OF201 fue expulsado por encuentros con planetas gigantes y más tarde “regresó” desde la Nube de Oort, trazando una trayectoria que no encaja con el patrón de agrupación que apoya la existencia del hipotético Planeta Nueve.
¿Amenaza al Planeta Nueve?
Simulaciones con y sin un noveno planeta masivo muestran que, si dicho cuerpo existiera en la región, 2017 OF201 habría sido expulsado del sistema solar en menos de 100 millones de años. Su mera presencia refuerza la idea de que el Planeta Nueve podría no ser necesario para explicar las órbitas extremas de los ETNOs.
Relevancia científica y futuros estudios
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Geología y composición: con 700 km de diámetro, podría albergar hielo de agua y metano como otros planetas enanos.
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Censo de objetos distantes: su descubrimiento a través de datos públicos subraya el poder de la ciencia abierta y anticipa el papel del Observatorio Vera C. Rubin, que entrará en servicio en 2026.
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Siguientes pasos: medir albedo y densidad mediante telescopios infrarrojos y radio-interferometría, y monitorizar la órbita para reducir incertidumbres.