Resurge patrimonio ancestral en la costa occidental de Oahu

Antiguos petroglifos hawaianos emergen en Oahu tras casi una década enterrados bajo la arena

Antiguos petroglifos
photo_camera Antiguos petroglifos
Recientemente, un panel de 26 petroglifos hawaianos de al menos 500 años emergió en la costa de Waianae, en Oahu, tras ser removidos por mareas y oleajes estacionales. Por primera vez desde su descubrimiento en 2016, todas las tallas son visibles en conjunto, revelando figuras antropomorfas inscritas en arenisca cerca de un centro de recreación del ejército estadounidense.

Los petroglifos, compuestos por 26 figuras talladas en arenisca —principalmente seres en forma de palo antropomórficos— quedaron al descubierto este mes tras oleajes estacionales que removieron la arena que los ocultaba. Este fenómeno ocurre entre mayo y noviembre, cuando sistemas de baja presión en el Pacífico oriental reconfiguran el perfil costero.

Descubiertos inicialmente en 2016 por visitantes de un centro recreativo del Ejército cerca de Pokai Bay, los petroglifos se extienden unos 35 metros y solo ahora han vuelto a ser visibles en su totalidad. Data académica los sitúa entre 500 y 600 años de antigüedad; sin embargo, algunas tradiciones orales estiman presencia humana en la zona de hasta mil años.

De las 26 tallas, 18 son antropomorfas, y ocho presentan detalles genitales masculinos; otras quedan sin género identificado. Dos figuras destacan por tener manos y dedos, una característica rara en la epigrafía hawaiana. Una de ellas excede 2,4 metros de altura y casi el mismo ancho. También hay diseños geométricos abstractos interpretados como narraciones ceremoniales o símbolos cósmicos. 

El practicante cultural hawaiano Glen Kila, con ascendencia local de Waianae, interpreta la reaparición como un mensaje espiritual de los antepasados —“está advirtiendo a la comunidad que el océano está subiendo”—, señalando una conexión ritual con el entorno natural. Algunos estudiosos creen que aluden a ciclos solares y movimientos ceremoniales del demigod Maui.

Administrados por el Ejército de EE.UU., el sitio combina arqueología, monitoreo y asesoría cultural para proteger los grabados. Se discute cómo facilitar el acceso público sin poner en riesgo la integridad del panel, ya que únicamente partes aparecen expuestas según el cambio de mareas y arena.

El descubrimiento subraya la vulnerabilidad del patrimonio ante la erosión costera y el cambio climático. A medida que las mareas y tormentas intensifican el desplazamiento de sedimentos, las costas podrían seguir revelando sitios arqueológicos ocultos, al tiempo que plantean desafíos sobre conservación y visibilidad pública.

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