El OIEA, agencia de la ONU encargada de supervisar el cumplimiento de Irán con el Tratado de No Proliferación Nuclear (TNP), publicó un reporte confidencial alertando sobre un progreso significativo en las reservas de uranio enriquecido al 60 %, antecesor técnico al 90 % necesario para armas nucleares. Según el documento, las reservas iraníes registraron 274,8 kg en febrero de 2025, mientras que para el 17 de mayo esa cifra alcanzó los 408,6 kg, lo que representa un aumento de 133,8 kg (casi 50 %).
El informe trimestral también señala que, en conjunto, las reservas totales de uranio enriquecido de Irán (incluyendo niveles inferiores al 60 %) ascienden a 9.247,6 kg, con un incremento de 953,2 kg desde el último informe de febrero. Esto sitúa a Irán como “el único Estado no nuclear que produce este tipo de material”, una situación que la ONU califica de “motivo de gran preocupación” para la seguridad regional y global.
Datos clave: 408,6 kg de uranio al 60 %
A 17 de mayo de 2025, Irán almacenaba 408,6 kg de uranio enriquecido al 60 %, acercándose al nivel de grado armamentístico del 90 %. Técnicamente, bastarían aproximadamente 42 kg de material al 60 % para fabricar una bomba atómica, si se enriqueciera hasta el 90 %. Esto supone que las últimas reservas podrían sustentar la fabricación “de varias bombas nucleares”, advirtió el director general del OIEA, Rafael Mariano Grossi.
El informe confidencial incluyó además la constatación de que Irán no ha declarado ante el OIEA tres instalaciones (Lavisan-Shian, Varamin y Turquzabad) donde presuntamente se hallaron materiales nucleares no reportados, lo que incrementa las dudas sobre la naturaleza estrictamente pacífica de su programa nuclear.
Reacciones internacionales y diplomáticas
Estados Unidos, Reino Unido, Francia y Alemania analizan impulsar una resolución en la Junta de Gobernadores del OIEA para declarar a Irán en incumplimiento de sus compromisos de no proliferación. Esta medida, respaldada por los principales aliados occidentales, busca presionar a Teherán a retomar negociaciones y limitar sus capacidades nucleares antes de alcanzar el umbral de fabricación de armas.
Israel ha calificado el informe como “una señal de advertencia clara” y ha instado a la comunidad internacional a adoptar medidas inmediatas para evitar que Irán cruce la línea hacia un programa de armas nucleares. Por su parte, las agencias de inteligencia estadounidenses sostienen que, aunque Irán aún no ha iniciado un programa oficial de armas, sus actividades lo posicionan “mejor para producir un dispositivo nuclear si así lo decide”.
Del otro lado, Irán sostiene que su programa nuclear tiene “fines exclusivamente pacíficos” y niega cualquier intención de desarrollar armas. El ministro de Exteriores iraní conversó con el director del OIEA en días recientes para defender la legalidad de sus actividades y asegurar que, en caso de cualquier violación, se trataría de “persecución política”. Sin embargo, la falta de transparencia en las instalaciones no declaradas complica la credibilidad de estas garantías.
Implicaciones para la seguridad regional y global
El incremento de las reservas de uranio enriquecido en Irán tensiona aún más el escenario en Oriente Medio, donde países como Arabia Saudí y Turquía observan con recelo la posibilidad de que Irán desarrolle un arma nuclear. La potencial carrera armamentista podría desestabilizar vínculos tradicionales y acelerar la búsqueda de bombas nucleares por parte de otras potencias regionales.
A nivel global, el creciente arsenal de China y la modernización de los arsenales de Rusia y Estados Unidos contrastan con el retroceso de los tratados de control nuclear. El informe del OIEA sobre Irán refuerza la percepción de que el Tratado de No Proliferación Nuclear (TNP) enfrenta una crisis de confianza, al no poder contener la ruptura de un signatario que se acerca al potencial armamentístico.
Escenarios a futuro y posibles acciones
Las próximas reuniones de la Junta de Gobernadores del OIEA determinarán si Irán se expone a sanciones adicionales o a un remite al Consejo de Seguridad de la ONU. La comunidad internacional vigila de cerca la voluntad de Teherán para aceptar inspecciones más rigurosas y reanudar el diálogo nuclear con la UE y Estados Unidos. Mientras tanto, la producción acelerada de uranio al 60 % sugiere que Irán reprioriza su arsenal nuclear, con implicaciones directas en la estabilidad de la región y la seguridad global.
Si Irán continúa incrementando sus reservas al ritmo actual, podría cruzar el umbral crítico para ensamblar un arma en cuestión de meses. Esto intensificaría el debate en la ONU sobre la necesidad de sanciones más duras o medidas diplomáticas urgentes, con la posibilidad de nuevas sanciones económicas y restricciones a las exportaciones de tecnología nuclear.