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Según datos del INE, la población española se situó en 49,315,949 habitantes al 1 de julio de 2025, un nuevo máximo histórico motivado especialmente por la llegada de migrantes.
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Durante el segundo trimestre de 2025, la población creció en 119.811 personas, de las cuales 95.277 eran extranjeros, mientras que solo 24.534 adquirieron la nacionalidad española y se registró una caída de 18.120 en la población nacida en España.
El papel de la inmigración en el crecimiento
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Este incremento poblacional refleja una tendencia sostenida: el crecimiento demográfico reciente se sostiene sobre todo en el flujo migratorio, ya que la tasa de natalidad continúa en niveles históricamente bajos.
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Datos complementarios indican que cerca del 19,6 % de la población española ha nacido fuera del país —unos 9,7 millones de personas—, mientras que el 14,3 % mantiene la ciudadanía extranjera.
Tendencias a medio y largo plazo
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En los últimos 20 años, España ha experimentado un aumento poblacional del 13,9 %, pasando de 43,2 millones en 2005 a los más de 49 millones actuales, siendo la inmigración un factor determinante en este crecimiento.
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A pesar del aumento numérico de inmigrantes, su proporción dentro de la población total ha disminuido ligeramente hasta el 14,3 %, debido en parte a la adquisición de la ciudadanía española por parte de muchos de ellos
