La administración del presidente Donald Trump ha ordenado la suspensión inmediata de nuevas entrevistas para visados estudiantiles en todas las embajadas y consulados de Estados Unidos, afectando a miles de estudiantes internacionales, incluidos muchos de América Latina. La medida busca implementar una revisión más exhaustiva de los perfiles de los solicitantes, incluyendo la evaluación de sus redes sociales.
Esta política ha generado frustración e incertidumbre entre jóvenes de países como Colombia, Chile, México y Cuba, quienes enfrentan la posibilidad de perder becas y oportunidades académicas en Estados Unidos. Por ejemplo, Manuel Beltrán, un estudiante colombiano, logró obtener una visa F-1 justo antes de las cancelaciones, pero ahora ve comprometido su respaldo financiero. Antay Miranda, de Chile, podría perder su beca debido a la suspensión de visados de intercambio. María Ruiz, de México, aceptada en una prestigiosa escuela de fotografía, mantiene su esperanza pese a los contratiempos burocráticos.
Además, el gobierno de Trump ha intensificado su escrutinio sobre las universidades estadounidenses, acusando a instituciones como Harvard y Columbia de fomentar el antisemitismo y de estar dominadas por ideologías progresistas. En respuesta, ha amenazado con retirar contratos federales y ha prohibido temporalmente a Harvard inscribir a estudiantes internacionales, aunque una jueza federal ha extendido una orden que impide al gobierno revocar esta capacidad.
Estas medidas han sido criticadas por limitar el acceso de talentos internacionales que enriquecen a Estados Unidos con diversidad de pensamiento y descubrimientos. La suspensión de entrevistas para visados estudiantiles no solo afecta a los estudiantes, sino que también podría desencadenar una fuga de cerebros y dañar la posición global de las universidades estadounidenses.
Mientras tanto, organizaciones de derechos civiles y universidades han comenzado a presentar demandas legales contra estas políticas, argumentando que vulneran la libertad académica y la igualdad de oportunidades. La comunidad internacional observa con preocupación cómo estas restricciones podrían afectar la colaboración académica y la innovación global.
