Dos intrépidos pescadores, Ismael Lemus y Eugenio Aros, de 49 y 30, han emergido como sobrevivientes después de enfrentar una dramática lucha por su vida en aguas del Estrecho de Magallanes-Chile.
Se ha conocido que el incidente ocurrió en el sector de Punta Kelp, mientras los hombres realizaban labores de recolección de centolla a bordo de la embarcación Cóndor II. En medio de su labor, la lancha Cóndor II se vio afectada por una falla mecánica que resultó en una avería de una tubería vital para el enfriamiento del motor. Ante esta situación, la embarcación comenzó a inundarse y en cuestión de minutos se hundió por completo, dejando a Lemus y Aros flotando en el agua sobre tanques de combustible.
Durante cuatro horas angustiosas, estos valientes pescadores lucharon por su supervivencia, manteniendo la calma y la esperanza de ser rescatados. Ismael Lemus expresó: "Lo único que hicimos fue mantener la calma. Eso nos mantuvo con vida. En situaciones así, si te desesperas no piensas bien. Yo sabía que andaban otras embarcaciones a la caza de la centolla, podía ser que nos vieran, era mi esperanza".
De hecho, la perseverancia de Ismael Lemus y Eugenio Aros fue recompensada cuando otra embarcación acudió en su rescate. La Macarena II, como se le conoce, se convirtió en su salvavidas en medio de la vastedad del océano. Fue Sebastián González, primo de Sandro Cárdenas y dueño de la Macarena II, quien respondió al llamado convirtiéndose en un faro de esperanza para los pescadores en apuros. Su cercanía a la zona, así como su determinación en la búsqueda permitieron el exitoso rescate.
En cuanto a los pescadores, en el momento del rescate mostraban claros signos de hipotermia, resultado de la implacable temperatura del agua, que se mantenía en torno a los 4 grados Celsius. La sensación térmica, exacerbada por los vientos gélidos y los ocasionales chubascos de nieve que azotaban la zona, descendía a un grado por debajo de cero.
