1. Cubanas en Madrid: la lucha interseccional de Matienzo
María de los Ángeles Matienzo, periodista y activista afrofeminista exiliada en Madrid, ha puesto rostro y nombre a las violaciones sistemáticas en las cárceles de Cuba. Desde 2022, cuando tuvo que abandonar La Habana tras amenazas a su integridad por sus columnas críticas, Matienzo ha denunciado el racismo institucional y las agresiones contra disidentes, con especial énfasis en las presas políticas que sufren malos tratos y aislamiento prolongado. En sus intervenciones ante el Comité para la Eliminación de la Discriminación contra la Mujer (CEDAW), ha detallado casos de mujeres sometidas a hostigamiento sexual y falta de atención sanitaria adecuada.
2. Venezuela: Provea alerta sobre 121 mujeres privadas de libertad
La ONG venezolana Provea advirtió el pasado 8 de marzo que al menos 121 mujeres se encuentran encarceladas por motivos políticos, muchas de ellas sin acceso a sus médicos de confianza tras fracturas o enfermedades crónicas. Entre los casos más graves destaca el de la activista Rocío San Miguel, recluida desde hace más de un año y víctima de negligencia médica que le impide recibir cirugías necesarias, según detalles del informe de Provea.
3. Nicaragua: exiliadas documentan agresiones y precariedad
En los últimos meses, mujeres nicaragüenses en el extranjero han formado colectivos de apoyo para recopilar testimonios de quienes quedaron en las cárceles de Ortega. De acuerdo con Swissinfo, más de 100 exiliadas trabajan “para documentar estas graves violaciones y exigir justicia” tras las deportaciones y la pérdida de su nacionalidad. Además, la Iniciativa Mesoamericana de Mujeres Defensoras de Derechos Humanos (IM-Defensoras) reportó 1,534 agresiones contra defensoras de derechos humanos en Nicaragua durante los primeros siete meses de 2024, muchas contra quienes fueron encarceladas y luego forzadas al exilio.
4. Respuesta internacional y desafíos pendientes
Organismos como Amnistía Internacional y la Oficina del Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos han reclamado la liberación inmediata de todas las presas políticas y han pedido inspecciones independientes a los centros de reclusión. Sin embargo, la fragmentación de los movimientos exiliados y las restricciones de acceso a información dentro de los países de origen complican la verificación de denuncias y el seguimiento de cada caso. Las activistas apelan a que gobiernos y tribunales internacionales eleven su presión y ofrezcan rutas de asilo efectivas para quienes siguen en riesgo.
