Bitcoin, la mayor criptomoneda por capitalización, se sitúa este lunes en una zona próxima a los 90.000 dólares, después de haber oscilado en los últimos días entre los 87.000 y los 93.000 dólares, según datos agregados de varios proveedores como CoinGecko y YCharts. El movimiento se produce tras una corrección superior al 25 % desde el pico histórico de más de 125.000 dólares registrado a comienzos de octubre, cuando llegó a negociarse en el entorno de 125.000–125.400 dólares.
Plataformas de análisis como Glassnode y otros servicios on‑chain han descrito un entorno de elevada rotación de posiciones, con salidas significativas desde carteras de largo plazo hacia exchanges durante los episodios de caída más pronunciada de diciembre. Este comportamiento se interpreta como un indicio de toma de beneficios y de capitulación parcial de inversores que habían acumulado Bitcoin en niveles inferiores, lo que contribuye a aumentar la presión de venta en momentos de baja liquidez.
Aunque el precio ha logrado rebasar puntualmente de nuevo el umbral de los 90.000 dólares en la apertura de la semana, varios informes de mercado subrayan que la estructura técnica sigue siendo frágil. Los analistas vigilan soportes intermedios en la zona de 85.000–87.000 dólares y advierten de que una pérdida clara de estos niveles podría desencadenar nuevas liquidaciones forzadas en el mercado de derivados, donde la exposición apalancada continúa siendo elevada.
En este contexto, algunos especialistas consideran que el movimiento actual podría formar parte de una fase de consolidación después de un rally excepcional en 2025, impulsado por la entrada de capital institucional y el lanzamiento de nuevos productos de inversión vinculados a Bitcoin. Otros, sin embargo, destacan que la ausencia de un flujo sostenido de nuevos compradores minoristas y el entorno de tipos de interés todavía relativamente altos limitan, por ahora, la probabilidad de un nuevo tramo alcista inmediato.
Las próximas semanas serán clave para determinar si el activo logra estabilizarse claramente por encima de los 90.000 dólares y construir una base para un posible rebote en el arranque de 2026, o si prevalece la presión vendedora asociada a las ventas de largo plazo y a la reducción de riesgo en las carteras institucionales.
