El oro supera los 4.400 $ por onza y la plata roza los 69 $ en máximos de 2025
El mercado de metales preciosos inició la semana con una fuerte escalada impulsada por factores macroeconómicos y políticos que han reforzado su atractivo como refugio de valor. El oro cotizó este lunes por encima de los 4.400 dólares por onza, extendiendo su repunte histórico, mientras la plata cruzó los 68 dólares y llegó a superar brevemente los 69 dólares en operaciones intradía, según datos de Bloomberg Commodities.
Analistas del sector explican que el impulso en ambos metales responde a la confluencia de tensiones geopolíticas persistentes, una demanda excepcional por parte de bancos centrales y las expectativas de que la Reserva Federal (Fed) reduzca nuevamente las tasas de interés en 2026, tras una política monetaria expansiva orientada a contrarrestar la desaceleración global.
Los registros actuales sitúan al oro en su nivel más alto en la historia moderna, superando las proyecciones de los principales bancos de inversión. Desde enero, el metal amarillo ha ganado más del 35 %, convirtiéndose en la operación más rentable del año, mientras la plata acumula un alza anual superior al 45 %. El repunte también ha impulsado la capitalización del sector minero y atrajo una ola de flujos hacia fondos cotizados (ETF) respaldados por metales físicos.
Según el Consejo Mundial del Oro, los bancos centrales —liderados por China, India y Turquía— continúan comprando lingotes en volúmenes récord, consolidando una tendencia de diversificación frente al dólar estadounidense. Estos movimientos reflejan una estrategia defensiva ante la volatilidad cambiaria y el creciente riesgo sistémico en los mercados de deuda soberana.
A nivel geopolítico, la persistencia de conflictos regionales en Europa del Este y Oriente Medio ha contribuido a la búsqueda de “activos duros” por parte de inversores institucionales y fondos soberanos. “El oro sigue actuando como un ancla de estabilidad en un entorno de incertidumbre prolongada”, señalaron analistas de JP Morgan Asset Management.
Los operadores también apuntan al debilitamiento progresivo del billete verde como factor de apoyo adicional. El índice del dólar (DXY) retrocedió un 3 % en diciembre, mientras los futuros apuntan a que la Fed podría realizar su primer recorte de tasa en marzo de 2026, lo que reduciría los rendimientos reales e incentivaría nuevas compras de metales.
El avance del oro y la plata refuerza la percepción de que el ciclo de materias primas entra en una nueva fase estructural, donde la demanda física, las estrategias institucionales de cobertura y la digitalización de los activos respaldados por metales podrían jugar un papel decisivo. Los analistas prevén que el oro podría probar la cota de 4.500 dólares por onza antes de finales del primer trimestre de 2026, siempre que persista el entorno macro actual.