Egipto reabre la tumba de Amenhotep III al público tras 20 años de restauración
Después de más de dos décadas de trabajos de conservación, Egipto ha reabierto oficialmente al público la tumba del faraón Amenhotep III (dinastía XVIII), situada en el Valle de los Reyes en Luxor. La reapertura, efectuada el 4 de octubre de 2025, forma parte de un ambicioso plan para revitalizar el turismo cultural antes de la inauguración del Gran Museo Egipcio.
Una tumba monumental vuelve a recibir visitantes
La tumba conocida como WV22 (o a veces referida como KV22) ha sido puesta nuevamente en acceso público tras un proyecto de restauración liderado por una misión japonesa, en colaboración con las autoridades egipcias y UNESCO. La ceremonia oficial de reapertura se llevó a cabo el 4 de octubre de 2025, en Luxor, y contó con la presencia de expertos en egiptología, autoridades de turismo y público general.
Características arqueológicas de la tumba WV22
WV22 alberga un corredor descendente de aproximadamente 36 metros de longitud y 14 metros de profundidad, que conduce a una cámara funeraria principal y dos cámaras laterales dedicadas a las reinas Tiye y Sitamun. Aunque la tumba no está completamente decorada como otras del Valle de los Reyes, conserva pinturas significativas que representan al faraón Amenhotep III junto a deidades egipcias, así como inscripciones del «Libro de los Muertos». El sarcófago original fue removido tras saqueos antiguos; solo queda el marco de la caja funeraria y su tapa, fragmentada pero colocada en su posición original como parte de la restauración. El faraón gobernó aproximadamente entre los años 1390 y 1350 a.C., durante una de las épocas de máximo esplendor y estatus internacional de Egipto. Su momia, gravemente dañada por el paso del tiempo, fue trasladada en la antigüedad a la tumba de su abuelo, Amenhotep II, y actualmente se exhibe, junto con otros gobernantes, en el Museo Nacional de la Civilización Egipcia en El Cairo.
El proyecto de restauración y su contexto estratégico
La intervención se desarrolló en tres fases durante 20 años, con participación de más de 260 especialistas en arqueología, conservación y restauración. La misión japonesa aportó tecnologías no invasivas para monitorear y preservar las estructuras y pinturas sin comprometer su integridad. Esta reapertura también precede la inauguración proyectada del Gran Museo Egipcio, prevista para el 1 de noviembre de 2025, y responde a una estrategia nacional de diversificación del turismo patrimonial para aliviar la presión sobre sitios más concurridos. El renacimiento del sitio se entiende como una apuesta de Egipto por reactivar el flujo de visitantes y recuperar ingresos vinculados al patrimonio arqueológico, esencial en su economía.
Desafíos y expectativas hacia el futuro
Aun con la reapertura, el sitio exige vigilancia constante frente a la humedad, estabilidad estructural y desgaste de las pinturas. Los conservadores deberán aplicar monitoreo continuo y medidas preventivas para preservar el estado actual. Además, la gestión de flujos turísticos requerirá planificación para no causar daños por exceso de visitantes, sobre todo en zonas delicadas del interior de la tumba. Desde el punto de vista arqueológico, reabrir WV22 amplía las posibilidades de estudios complementarios, comparativos con otras tumbas vecinas y reevaluación de rutas menos exploradas en el Valle de los Reyes.
Conclusión
La reapertura de la tumba de Amenhotep III marca un momento simbólico y práctico: no solo devuelve un espacio patrimonial al público después de décadas, sino que refuerza la estrategia egipcia de dinamizar su turismo arqueológico. Con pintura, arquitectura y contenido restaurados, WV22 vuelve a contarnos una parte esencial del legado faraónico —y al mismo tiempo se convierte en pieza clave del nuevo mosaico turístico que Egipto despliega para el siglo XXI.