La OTAN fija un objetivo de gasto en defensa del 5 % del PIB para 2035 tras superar la resistencia de España
El plan aprobado establece que los aliados deberán aumentar el gasto militar básico al 3,5 % del PIB, complementado con 1,5 % adicional en áreas como ciberseguridad, movilidad militar y infraestructura crítica, hasta alcanzar ese 5 % en 2035. Se realizará una revisión intermedia en 2029.
Influencia de EE.UU. y papel de Trump
El objetivo fue impulsado fuertemente por Donald Trump, quien ha criticado reiteradamente a países como España y Canadá por su baja contribución, mientras pide que Estados Unidos quede exento al ser ya el mayor contribuyente militar.
España obtiene una “exención”
España, que en 2024 destinó solo el 1,24 % de su PIB a defensa y aspira a llegar al 2 % en 2025, se opuso frontalmente a comprometerse al 5 %. Tras intensas negociaciones, se modificó el texto del acuerdo de “we commit” a “allies commit”, lo que permitió incluir una cláusula de flexibilidad para que Madrid cumpla únicamente sus Objetivos de Capacidades Militares, sin llegar al 5 %.
Declaraciones de líderes
Pedro Sánchez defendió su postura argumentando que un gasto del 5 % comprometería servicios públicos esenciales como sanidad, educación y pensiones, aunque recalcó que España sigue siendo un aliado sólido.
Mark Rutte garantizó por escrito que España puede definir una “trayectoria soberana” para alcanzar los objetivos de defensa sin adherirse estrictamente al 5 %.
Impacto estratégico
La medida representa un cambio significativo: desde la norma mínima del 2 %, la OTAN insta ahora a una inversión escalonada hasta el 5 %, reflejo de la creciente presión estratégica para contrarrestar amenazas como Rusia, reforzar la preparación europea y apoyar la reorientación militar hacia Asia