Inflexión en la lucha contra la inflación en Turquía

Inflación en Turquía se dispara al 33,29 %, cortando 15 meses de descenso

Mercado en Turquía

En septiembre de 2025, Turquía registró una inflación anual del 33,29%, un salto inesperado que puso fin a una racha de 15 meses consecutivos de moderación de precios. El dato superó las expectativas del mercado y plantea nuevos desafíos a la política monetaria del país en un contexto de recortes agresivos de tasas de interés.

Un repunte sorpresivo que rompe la tendencia

Las cifras oficiales divulgadas muestran que la inflación anual en Turquía subió a 33,29 % durante septiembre, frente al 32,95 % estimado en agosto. Este aumento marca la primera alza interanual desde mayo del año pasado y contradice pronósticos de moderación hacia 32,5 %.

La inflación mensual en septiembre alcanzó el 3,23 %, impulsada por incrementos significativos en alimentos, vivienda y educación, superando la expectativa media del 2,6 %.

Factores detrás del repunte

La recuperación de la inflación parece estar impulsada por tres elementos principales:

  • Alimentos y bienes básicos: Subidas generalizadas en alimentos y bebidas no alcohólicas han pesado fuertemente en el índice de precios.
  • Vivienda y servicios: Los costos de vivienda, electricidad y servicios públicos siguen elevados, contribuyendo a la presión sobre los precios al consumidor.
  • Política monetaria laxa: A pesar de señales de moderación previa, el Banco Central de Turquía redujo su tasa de referencia a 40,50 % mediante un recorte de 250 puntos básicos en septiembre.

Impulso y límites de la política monetaria turca

La iniciativa de recortar tasas había tenido alguna aceptación cuando la inflación parecía seguir una línea descendente. Sin embargo, este repunte hará que el banco central reevalúe su estrategia de descompresión monetaria acelerada.

Goldman Sachs redujo sus expectativas de recortes adicionales, estimando que los futuros movimientos serían más moderados para no comprometer la estabilidad.

Incluso el propio banco central turco ha mantenido como meta interina una inflación de 24% para finales de 2025, aunque admite que los desafíos serán grandes para lograrla.

Proyecciones futuras y riesgos estructurales

El gobierno ha elevado su previsión de inflación para el cierre del año a 28,5 %, un claro reconocimiento de que la desaceleración de precios resultó más frágil de lo esperado. Las predicciones oficiales apuntan a que para 2026 la inflación podría caer a cerca de 16 % y que en 2027 alcance cifras de un dígito, aunque esas estimaciones se apoyan en que no habrá nuevas perturbaciones externas. 

Los riesgos no son menores: la persistencia de presiones inflacionarias en alimentos o servicios, la depreciación de la lira, expectativas inflacionarias desancladas o eventuales shocks globales podrían revertir cualquier tendencia de desinflación.

El repunte de la inflación al 33,29 % en septiembre desmonta la narrativa de que Turquía había superado la fase más aguda de su crisis de precios. Las señales sugieren que el país ingresa en un nuevo tramo de tensión monetaria: el banco central enfrentará el dilema de contener alzas sin asfixiar la actividad económica. El desenlace dependerá en buena medida de su habilidad para gestionar expectativas, controlar presiones estructurales y adaptar su estrategia en un entorno global complejo.