Datos económicos muestran enfriamiento de la inflación en EE. UU.

Inflación en EE. UU. alcanza su nivel más bajo en 3 años, situándose en 2,3 % en abril

EEUU
Según el informe del Buró de Estadísticas Laborales (BLS), los precios al consumidor en Estados Unidos subieron únicamente un 2,3 % anual en abril de 2025, marcando la tasa más baja desde febrero de 2021. Este enfriamiento en la inflación, que descendió desde el 2,4 % de marzo, ofrece un alivio significativo a los hogares que enfrentan elevados costos de vida.

Desde mediados de 2021, la economía estadounidense lidia con presiones inflacionarias impulsadas por cuellos de botella en la cadena de suministro, costos elevados de energía y efectos directos e indirectos de la pandemia de COVID-19. Tras alcanzar picos de dos dígitos (%) en 2022, el índice de precios al consumidor (CPI) ha mostrado una tendencia a la moderación en los últimos meses. En abril de 2025, la tasa anual del 2,3 % representa el ritmo más lento de crecimiento de precios desde febrero de 2021, cuando el CPI interanual se situó en 1,7 %. 

Por subáreas, los rubros de alimentos y energía continuaron mostrando volatilidad: el índice de gasolina registró una caída del 11,8 % en el último año, mientras que el costo de la electricidad aumentó 3,6 %. En contraste, el índice de alquiler y “equivalente de renta” para propietarios subió 4,0 %, reflejando las persistentes presiones en el mercado de la vivienda. 


Datos clave de abril de 2025

  1. Variación interanual:

    • Abril 2024–abril 2025: + 2,3 % en el CPI-U (All Urban Consumers), frente al + 2,4 % de marzo. 

    • Este nivel es el más bajo desde el + 1,7 % registrado en febrero de 2021.

  2. Variación mensual (no ajustada):

    • En abril, los precios aumentaron 0,3 % con respecto a marzo de 2025, consolidando moderaciones en los incrementos mensuales tras el + 0,4 % de marzo. 

  3. Inflación subyacente (core inflation):

    • Excluyendo alimentos y energía, el índice core creció 2,8 % interanual, el nivel más bajo en más de cuatro años.

    • Mensualmente, el core avanzó 0,2 % en abril de 2025, desacelerándose frente al + 0,3 % de marzo. 

Componentes que impulsaron el descenso de la inflación

  • Energía:

    • El índice de gasolina cayó 11,8 % en los últimos 12 meses, y el del fuel oil disminuyó 9,6 %, gracias a una moderación en los precios globales del petróleo y mayor oferta en mercados internacionales.

  • Alimentos:

    • El índice de alimentos para consumo en el hogar subió solo 2,0 % interanual, frente al 3,3 % de meses anteriores, producto de una cosecha robusta y menores costos de transporte. Sin embargo, el índice de “carnes, aves, pescado y huevos” escaló 7,0 % por el alza en los precios de los insumos pecuarios.

  • Vivienda:

    • El componente de “alquiler de vivienda” y “equivalente de renta” se mantuvo en tendencia alcista, con subidas del 4,0 % interanual, reflejando la persistente escasez de oferta y la demanda sostenida en el sector inmobiliario.

  • Transporte y servicios:

    • El índice de “automóviles usados y camiones” registró una baja del 0,5 % en abril, tras dos meses de estabilización. El rubro de tarifas aéreas bajó 2,8 % en abril, moderando la variabilidad observada en trimestres previos.


Impacto en los hogares y expectativas de consumo

El alza moderada de precios en abril alivió la presión sobre el poder adquisitivo de los hogares estadounidenses. Con un crecimiento salarial promedio del 3,6 % anual hasta abril de 2025 y una inflación al 2,3 %, los ingresos reales presentan un margen de expansión, lo cual podría dinamizar el gasto en bienes duraderos y servicios.

No obstante, ciertas categorías esenciales—como la alimentación en el hogar (+ 2,0 %) y la energía residencial (electricidad + 3,6 %, gas natural + 15,7 %)—siguen representando un peso importante en el presupuesto familiar, especialmente para estratos de ingresos medios y bajos.

Sectores como el automotriz han moderado sus precios (autos usados − 0,5 %), lo que puede incentivar la compra de vehículos de segunda mano. Sin embargo, la recuperación del mercado laboral con una tasa de desempleo del 3,6 % en abril fomenta el consumo discrecional en ocio y entretenimiento, áreas que podrían experimentar mayor demanda en los próximos meses.


Reacción de la Reserva Federal y política monetaria

La Fed ha mantenido las tasas de interés referenciales inalteradas en el 5,25–5,50 % desde julio de 2024, decisión sustentada en la desaceleración de la inflación y el fortalecimiento del empleo. En su última reunión (mayo de 2025), el Comité Federal de Mercado Abierto (FOMC) señaló que “los últimos datos de inflación y del mercado laboral brindan espacio para observar la evolución de la economía antes de ajustar la política monetaria”.

Con la inflación subyacente en 2,8 % y el objetivo de la Fed fijado en 2 %, los funcionarios monitorean de cerca la evolución de los precios de la vivienda, servicios profesionales y salud, componentes que suelen mostrar rigideces a la baja. Si los indicadores se mantienen estables o muestran leves progresiones, el comité podría plantear un recorte de tasas hacia finales de 2025 o inicios de 2026 para no sofocar la recuperación económica.


Perspectivas futuras y riesgos latentes

  • Reactivación de la inflación por energía: Si la demanda global de petróleo repunta o surgen tensiones geopolíticas en Medio Oriente, los precios de la gasolina podrían retomar trayectorias alcistas, afectando nuevamente el índice general.

  • Presiones en vivienda: Con la escasez de oferta de viviendas y costos de construcción aún elevados, el componente de alquiler y “equivalente de renta” podría mantener alza por encima del objetivo del 4 %, complicando la meta de la Fed.

  • Dinámica salarial: Un avance excesivo de los salarios—por ejemplo, si las negociaciones colectivas de diversos sectores logran aumentos superiores al 4 %—podría reavivar presiones inflacionarias, forzando a la Fed a retrasar recortes de tasas.

  • Política fiscal y estímulos: La aprobación de paquetes de gasto público en infraestructura y energía verde podría inyectar liquidez a la economía, incentivando la demanda interna y generando un rebote menor en la inflación si no se acompaña de oferta suficiente.