China marca un hito en la computación sostenible

Científicos chinos presentan la BIE-1: una supercomputadora de IA con consumo energético ultraeficiente y tamaño compacto

El Instituto de Ciencia y Tecnología Inteligente de Guangdong presentó la BIE-1 el 25 de octubre, una supercomputadora de inteligencia artificial que ofrece el rendimiento de los sistemas tradicionales de alto nivel con apenas una décima parte del consumo energético, todo ello en un formato compacto similar al de un mini refrigerador. El dispositivo promete democratizar el acceso a la IA avanzada y transformar sectores desde la salud hasta la educación y la empresa.

La BIE-1 representa un salto disruptivo en la ingeniería de hardware y algoritmos de IA, integrando 1.152 núcleos de CPU, 4,8 terabytes de memoria DDR5 y 204 terabytes de almacenamiento. Esta arquitectura, inspirada en el cerebro humano, utiliza una red neuronal intuitiva (INN) capaz de realizar aprendizaje eficiente con pocos datos, ofrecer razonamientos interpretativos y procesar simultáneamente texto, imágenes y sonido. El algoritmo INN no solo ofrece respuestas, sino que también expone la justificación de sus decisiones, potenciando transparencia y explicabilidad, factores clave en el avance de la IA de nueva generación.​

La eficiencia de la BIE-1 es notable, logrando velocidades de entrenamiento de hasta 100.000 tokens por segundo y de inferencia de 500.000 tokens por segundo, equiparables a los clústeres de GPU más avanzados pero con un 90% menos de consumo energético y un entorno silencioso que no supera los 45 decibelios ni los 70 °C a plena carga. El coste del hardware se reduce aproximadamente en un 50%, mientras que el dispositivo puede conectarse a cualquier enchufe doméstico, abriendo la puerta a la inteligencia artificial de alto rendimiento para hogares, oficinas y centros médicos.​

El desarrollo es fruto de la colaboración entre Zhuhai Hengqin Neogene Intelligent Technology y Suiren Medical Technology, posicionando a China como referente mundial en computación neuromórfica y ecológica. Además de su potencial para reducir la huella ambiental de los centros de datos, la BIE-1 puede usarse como asistente de salud doméstico, colaborador empresarial y apoyo en diagnóstico clínico. Los responsables destacan la importancia de este avance para una IA sostenible y accesible, capaz de transformar el paradigma tecnológico global mientras responde a los retos energéticos de la industria.