Alemania y Reino Unido alertan por satélites rusos y chinos que hostigan Occidente
Los gobiernos de Alemania y el Reino Unido han emitido advertencias contundentes ante la creciente amenaza de satélites espaciales rusos y chinos que realizan operaciones de espionaje e interferencia contra activos satelitales occidentales, intensificando las tensiones en el espacio orbital.
Alemania y Reino Unido han denunciado repetidos incidentes en los que satélites rusos y chinos han sido detectados siguiendo, bloqueando e interfiriendo con satélites de comunicaciones y navegación occidentales. Estas acciones, que se repiten semanalmente, representan una escalada sin precedentes en la seguridad espacial y ponen en riesgo servicios críticos como telecomunicaciones, internet satelital y sistemas de posicionamiento global utilizados en ámbitos tanto civiles como militares.
El ministro de Defensa alemán, Boris Pistorius, destacó en una conferencia en Berlín que satélites rusos del tipo Luch-Olymp han sido registrados muy cerca de satélites IntelSat utilizados por las Fuerzas Armadas alemanas y sus aliados, en lo que se considera espionaje y una forma directa de interferencia estratégica. Según especialistas, estas maniobras buscan interceptar señales y obstaculizar el funcionamiento operativo, inclusive en órbitas bajas donde Rusia ha probado tecnologías capaces de disparar proyectiles contra otros satélites, aumentando el riesgo de daños físicos.
Paralelamente, China también ha incrementado significativamente sus capacidades en el espacio, realizando maniobras de proximidad y desarrollando dispositivos robóticos que pueden manipular o mover satélites rivales para deshabilitarlos o capturarlos. Esta cooperación y competencia espacial con Rusia reflejan las crecientes tensiones geopolíticas, especialmente en el contexto del conflicto en Ucrania y la confrontación con la OTAN.
En respuesta, ambos países europeos anunciaron planes de inversión millonaria para fortalecer sus programas espaciales y capacidades defensivas. Alemania destinará cerca de 35.000 millones de euros en cinco años para proteger sus activos en el espacio, mientras que Reino Unido incrementará sus gastos en sensores y medidas de defensa contra amenazas láser y de interferencia, aunque expertos advierten que estas acciones podrían no ser suficientes si no se aceleran los proyectos tecnológicos y la cooperación internacional.
Las autoridades europeas consideran que la guerra espacial ya es una realidad estratégica que requiere una vigilancia continua y el desarrollo de tecnologías robustas que permitan detectar y contrarrestar tales operaciones de espionaje e interferencia, fundamentales para la seguridad nacional y la estabilidad tecnológica global.