Las ondas cerebrales pueden originar el pensamiento, según una nueva teoría del MIT
El Dr. Earl K. Miller, neurocientífico del MIT, propuso que la consciencia y el pensamiento emergen directamente de cálculos analógicos realizados por ondas cerebrales dinámicas durante la reunión anual de la Society for Neuroscience celebrada en San Diego.
En el marco de la reunión anual de la Society for Neuroscience, celebrada el 15 de noviembre en San Diego, el Dr. Earl K. Miller, profesor del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT), presentó un avance teórico que desafía la comprensión tradicional sobre la relación entre actividad eléctrica cerebral y los procesos conscientes. Según Miller, las ondas eléctricas generadas en el cerebro no solo reflejan pensamientos y percepciones, sino que juegan un papel mucho más fundamental: son los mecanismos que crean y organizan la consciencia.
La hipótesis expuesta por Miller postula que la mente emerge a partir de “ondas cerebrales viajeras”, patrones eléctricos que recorren la corteza cerebral organizando de forma dinámica diferentes redes neuronales. Esta organización establecería una base funcional para la integración de información, permitiendo la coordinación de actividades cognitivas complejas y la aparición de la experiencia consciente.
A diferencia de modelos previos que priorizaban el rol de conexiones fijas o la activación sincrónica de áreas aisladas, la perspectiva de Miller retoma el carácter analógico del cerebro y sostiene que la clave de la consciencia reside en la interacción continua y flexible de estas ondas. El neurocientífico ejemplificó su argumento con resultados de experimentos que muestran cómo ciertas oscilaciones eléctricas rotatorias se relacionan con la integración de pensamientos y la toma de decisiones en tiempo real.
Además, Miller resaltó que comprender cómo las ondas cerebrales crean la consciencia podría abrir nuevas vías en el estudio de trastornos neuropsiquiátricos y en el desarrollo de tecnologías para modular la actividad cerebral. Su enfoque invita a reconsiderar no solo la naturaleza de la mente, sino también el modo en que abordamos la inteligencia artificial y la computación inspirada en procesos biológicos, posicionando la dinámica de ondas cerebrales como un factor central en la génesis del yo consciente.