El Iceberg A23a, el Más Grande del Mundo, se Desintegra Rápidamente en el Atlántico Sur Tras Casi Cuatro Décadas
El iceberg A23a, que se desprendió de la plataforma de hielo Filchner-Ronne en la Antártida en 1986 y ostentó el título de la masa de hielo flotante más grande del planeta, está experimentando una desintegración acelerada en aguas más cálidas del Océano Atlántico Sur, según observaciones recientes de científicos del British Antarctic Survey (BAS) y agencias espaciales como NASA y ESA. Esta colosal estructura, que alguna vez midió más de 3.600 kilómetros cuadrados, podría desaparecer por completo en las próximas semanas, destacando los impactos del calentamiento global en los ecosistemas polares.
Historia y Trayectoria del Iceberg A23a
El iceberg A23a se formó en 1986 al desprenderse de la plataforma de hielo Filchner-Ronne, en la Antártida, con un peso inicial cercano al billón de toneladas métricas y una superficie de aproximadamente 3.672 kilómetros cuadrados, equivalente a más del doble del área de Greater London. Permaneció anclado en el fondo marino del Mar de Weddell durante más de 30 años, hasta que en 2020 las corrientes oceánicas lo liberaron, permitiéndole derivar hacia el norte.
Durante su viaje, el iceberg se vio atrapado temporalmente en un vórtice rotatorio conocido como columna de Taylor, causado por corrientes que interactúan con una montaña submarina, antes de reanudar su movimiento en diciembre de 2024. En marzo de 2025, encalló en una plataforma continental poco profunda cerca de la isla de Georgia del Sur, donde permaneció estacionario durante varios meses. Imágenes satelitales de la NASA, capturadas por el instrumento MODIS en el satélite Aqua el 3 de mayo de 2025, muestran que el iceberg perdió más de 360 kilómetros cuadrados de superficie en ese período, un área equivalente al doble del tamaño de Washington D.C.
A mediados de abril de 2025, un fragmento significativo denominado A-23C se desprendió del lado sur del iceberg, y miles de piezas menores, muchas de al menos un kilómetro de diámetro, se dispersaron en el océano circundante. Imágenes de la ESA tomadas el 5 de abril de 2025 revelan bloques de hielo más pequeños visibles en el océano azul oscuro, particularmente al este del iceberg principal, indicando el inicio de su fragmentación. Para mayo de 2025, el iceberg se liberó nuevamente y continuó su deriva hacia el noreste, siguiendo la Corriente Circumpolar Antártica del Sur (SACCF), un camino conocido como "calle de los icebergs".
Observaciones Científicas y Proceso de Desintegración
Investigadores del BAS, a bordo del buque RRS Sir David Attenborough, recolectaron muestras del iceberg mientras estaba encallado cerca de Georgia del Sur, las cuales se analizan actualmente en el Reino Unido para evaluar su impacto en los organismos del fondo marino y las aguas circundantes. Andrew Meijers, oceanógrafo del BAS, describió el proceso como una "desintegración rápida" en "grandes trozos", atribuyéndolo a la exposición a aguas más cálidas y al inicio de la primavera austral, que acelera el derretimiento. "La mayoría de los icebergs no llegan tan lejos. Este es realmente grande, por lo que ha durado más y ha ido más allá que otros", explicó Meijers, agregando que el iceberg está "básicamente pudriéndose por debajo" debido a temperaturas del agua "demasiado cálidas para mantenerlo".
El fenómeno observado incluye "desgaste de borde" (edge wasting), donde pequeñas piezas se desprenden de los márgenes, reduciendo el área sin alterar significativamente la forma general, pero aumentando la fragilidad para futuras fracturas. Actualmente, el iceberg se ha reducido a unos 1.700-1.770 kilómetros cuadrados, lo que lo posiciona como el segundo más grande del mundo, detrás del D15a, que mide alrededor de 3.000 kilómetros cuadrados. Los científicos esperan que se fragmente en secciones más pequeñas e imposibles de rastrear en las próximas semanas, viajando hasta 20 kilómetros por día.
Implicaciones Ambientales y para la Vida Silvestre
Aunque el desprendimiento de icebergs es un proceso natural, el aumento en la formación y derretimiento de masas de hielo como A23a se atribuye a aguas oceánicas más cálidas y cambios en las corrientes, posiblemente vinculados al cambio climático inducido por humanos, lo que ha provocado la pérdida de billones de toneladas de hielo en las plataformas antárticas en décadas recientes. Esto contribuye al alza del nivel del mar y altera ecosistemas marinos.
Durante su encallamiento cerca de Georgia del Sur en marzo de 2025, surgieron preocupaciones por posibles disrupciones en las zonas de alimentación de pingüinos y focas, aunque se desprendió a finales de mayo sin impactos mayores reportados. La liberación de agua fría dulce durante el derretimiento podría afectar organismos bentónicos y la dinámica oceánica local. Además, los fragmentos dispersos representan un riesgo temporal para la navegación marítima en la región.
Expertos del BAS indican que icebergs grandes podrían volverse más comunes cerca de Georgia del Sur debido al calentamiento global, aunque aún faltan datos para confirmar un aumento en megabergs. Publicaciones en redes sociales, como X, destacan el evento como una advertencia sobre el cambio climático, vinculándolo a impactos en la salud global, como inundaciones, inseguridad alimentaria y propagación de enfermedades.