Migrar de Forma Responsable y con el Bienestar de los Niños en Mente

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photo_camera Niños/UNSPLASH

A través de esta reflexión, deseo extender una invitación a todas aquellas personas que consideran el deseo de migrar. Es fundamental abordar este proceso de manera segura y responsable.

En mis consultas, he sido testigo de numerosos casos en los que la falta de planificación y la impulsividad al migrar impactan negativamente en la salud mental de niños y adolescentes. Es crucial que los padres comprendan la magnitud de su responsabilidad en esta decisión.

Permítanme compartir un ejemplo que ilustra este punto. Una paciente de tan solo 9 años llegó a mi consulta acompañada de su padre, quien expresó su preocupación por la falta de socialización de la niña. A medida que profundizamos en la entrevista, se hizo evidente que los padres habían migrado debido a sus empleos y dejaban a la niña sola durante 12 horas al día, todos los días de la semana, desde que tenía apenas 4 años. Esta situación se prolongó durante 5 años, y los efectos en la salud mental de la niña fueron significativos.

Migrar con hijos implica una responsabilidad enorme. Los niños están en pleno proceso de desarrollo físico, cognitivo y psicosocial, y cada aspecto de su crecimiento se interrelaciona. Es esencial comprender que la decisión de migrar no solo afecta a los padres, sino también a los niños que están experimentando un cambio trascendental en sus vidas.

Si se toma la decisión de migrar, recomiendo encarecidamente la búsqueda de ayuda profesional. Contar con el acompañamiento adecuado garantiza que la experiencia sea segura y enriquecedora para todos los miembros de la familia. La adaptación en un nuevo país es un proceso complejo, y brindarles a los niños y adolescentes el apoyo emocional y psicológico necesario es esencial para su bienestar integral.

En última instancia, la migración puede ser una oportunidad para el crecimiento y el aprendizaje, tanto para los padres como para los hijos. Sin embargo, esta travesía debe ser abordada con la debida consideración y responsabilidad, asegurando que el bienestar de los niños se mantenga en el centro de todas las decisiones.

Ana Camacho Especialista.

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